Corea del Sur, el país en el que ya no nacen niños - El Orden Mundial - EOM
EOM Exclusivo
Política y elecciones Asia-Pacífico

Corea del Sur, el país en el que ya no nacen niños

Las autoridades de Corea del Sur hacen frente a un nuevo mínimo histórico en la tasa de fertilidad. Además de fruto de las dificultades económicas que atraviesa el país, la cada vez menor disposición a tener hijos es reflejo de la insostenibilidad de la cultura empresarial surcoreana, la desigualdad de género y el cambio cultural de las generaciones más jóvenes. Ante la complejidad del problema, el Gobierno plantea incentivar la natalidad como parte de su ambicioso programa para reestructurar la economía surcoreana.
Corea del Sur, el país en el que ya no nacen niños
El presidente Moon Jae-in rodeado de niños. Fuente: Gobierno de Corea del Sur

En 2018 la tasa de fertilidad en Corea del Sur se situaba en un nuevo mínimo histórico desde que comenzase a disminuir en la década de 1960: 0,98 hijos por mujer, muy lejos del 2,1 requerido para mantener el reemplazo generacional. Con esta alarmante cifra, Corea del Sur se corona como uno de los países en lo más bajo de la tabla en tasa de natalidad, el de menor tasa de fertilidad del mundo después del Vaticano y la nación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con la población que más rápido envejece.

De continuar por esta senda de baja natalidad, se calcula que el país alcanzará su pico de población en 2031 para luego empezar a decaer hasta reducirse a más de la mitad para 2100 —de los actuales 50 a 20 millones de habitantes— y desaparecer finalmente en 2750.
A grandes males, grandes remedios
La tasa de fecundidad forma parte de un problema estructural mayor que aflige al país. De ahí que el Gobierno de Moon Jae-in haya impulsado un paquete de medidas económicas y sociales que aborda la natalidad de manera tanto directa como indirecta. Se trata de una ambiciosa estrategia de “crecimiento liderado por los ingresos” que busca impulsar y reestructurar la economía e incluye la creación de miles de empleos públicos, un aumento sustancial del salario mínimo, la disminución de la jornada laboral máxima de 68 a 52 horas semanales y un mayor gasto social, entre otras medidas.

Entre las que conciernen directamente a la natalidad se incluyen cobertura de gastos médicos por parte del Estado para bebés de menos de un año —con intención de extenderlo hasta niños de preescolar—, expansión y posible aumento de los subsidios mensuales a todas las familias —incluyendo aquellas de ingresos más elevados, actualmente excluidas—, subsidios a los tratamientos de infertilidad, reducción de jornada para padres con niños de hasta ocho años y apertura de nuevos centros públicos de cuidado infantil. Estas políticas pretenden subsanar una de las pr...

Si quieres seguir leyendo este artículo, suscríbete a EOM. Lo que pasa en el mundo te afecta; comprenderlo es más necesario que nunca.

Suscríbete por solo 5€ al mes